Imaginemos esta situación: acabo de descubrir los blogs y he quedado sorprendido con todas las posibilidades que ofrece este excelente medio de expresión. Por eso, yo, que siempre soñé con tener un espacio donde expresar mis ideas y que disfruto de la escritura, decido embarcarme en esta nueva aventura y crear mi propio weblog.
Elijo el CMS, una plantilla que se ajuste a mis gustos estéticos y me dispongo a escribir... Pero entonces, es como si mi cerebro hubiera quedado en blanco. Tantas cosas que pensaba contar y resulta que no se me ocurre nada.
Este tipo de circunstancias es común entre quienes escribimos. Muchas veces deseamos con desesperación tener un momento de distensión en nuestras actividades diarias para poder sentarnos a escribir. Pero cuando se produce ese momento, no tenemos ganas, no sabemos sobre qué escribir o, si se quiere, no nos sentimos inspirados. Por esta razón muchos blogs quedan abandonados poco después de haber sido creados.
A pesar de lo que algunos autores de bitácoras reconocidos digan que los bloggers no existen, que quienes se dedican a escribir weblogs son escritores como cualquier otro, que se diferencian utilizar un medio digital para expresar sus ideas; no es así.
Un blogger es un personaje obstinado, que además de escribir sobre los temas que se le ocurren, se autoimpone un ritmo de publicación y también pretende mantener la calidad de sus notas a fin de atraer más lectores.
En definitiva, para autodenominarse blogger, hay que tomarse este hobbie como un trabajo, con la diferencia de que con ello no se gana ni un centavo.
En esas circunstancias, cuando se pretende publicar todos los días al menos un post y no se tiene ganas de escribir o la inspiración no llega, es cuando se debe recurrir a la técnica.
Los humoristas gráficos, tipos que todos los días deben hacernos reír, aunque ellos tengan un día de perros, suelen llevar cuadernos donde anotan ideas para luego desarrollar.
Los bloggers también deberíamos llevarlos, aunque se supone que este cuaderno es el propio blog. Pero si pretendemos crear posts de calidad deberíamos desarrollar la idea, tomarnos tiempo para informarnos y afilar la redacción.
Pero también debemos estar atentos a cualquier circunstancia que nos llame la atención, por más insignificante que nos parezca. Por ejemplo, la idea para escribir este post surgió a partir de ver un aviso en la bandeja de entradas de mi cuenta de Gmail.
Se trataba de un anuncio sobre la galería de fantasy art de la página web Elobelisco.net. Pensé que podría recomendar en mi blog una visita a esa galería.
Después se me ocurrió que tal vez sería mejor contar cómo accedí a la información sobre ese link y finalmente comencé a escribir sin estar muy seguro de cual era mi objetivo y surgió este post, que me parece un poco más útil que un enlace a otro sitio web.

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