Nada indicaba que Pepe Cruz se dedicaría al teatro. En la infancia, lo suyo era la música. Contagiado de la pasión de su padre, el pequeño Pepe comenzó a estudiar acordeón con José Falcone cuando sólo tenía 6 años. Pero el acordeón era muy grande, por lo que Pepe, al igual que su hermana, siguió con clases de piano, hasta obtener el título de profesor.
Con el paso del tiempo, ya en la adolescencia, tuvo una banda que se llamaba Aquí, allá y en todas partes, muy influenciada por los Beatles. Además, de integrar varias bandas de música típica y jazz.
Pepe asegura que fue precisamente por su temprana incursión en la noche, como músico, que siendo un pibe se convirtió en empedernido fumador.
La muerte de su padre, provocó una fractura en la vida de Pepe, que en ese momento perdió la alegría de tocar y abandonó su carrera de músico. Aunque siguió trabajando en la docencia como profesor de música.

Descubrir el teatro
Pepe Cruz nació el 3 de julio de 1954 y fue uno de los egresados de los seminarios de teatro que se realizaron a principios de los 70 en nuestra ciudad y de los que surgieron gran cantidad de actores, entre ellos Danilo Devizia.
Fue discípulo de María Esther Fernández, quien remplazó a Natalio Zeta al frente de los seminarios.
Pero quien realmente le permitió descubrir el mundo del teatro fue Miguel Bebán, padre del famoso Rodolfo Bebán, quien vino a trabajar a Necochea contratado por la Dirección de Cultura local.
Bebán vino a poner en escena la comedia de Moliere “El Avaro”. Se realizó un casting y Pepe quedó entre los elegidos para integrar el elenco. Se ensayó durante semanas, pero cuando la obra se iba a estrenar, un desacuerdo entre Bebán y autoridades del teatro hicieron que la presentación nunca se realizara.
A pesar de que la obra no se hizo, Pepe asegura que esa experiencia le permitió descubrir que el teatro y darse cuenta lo suyo era actuar.
Cruz también tuvo la fortuna de que en aquel momento se produjo un movimiento teatral sin precedentes en nuestra ciudad. La década del 70 y los primeros años de los 80 serán recordados por la cantidad de elencos de primeras figuras que realizaban temporadas completas en Necochea.
Así fue como Pepe Cruz tuvo oportunidad de trabajar con Luis Brandoni y su esposa Marta Bianchi y también con Virginia Lago.
Junto a Brandoni incluso realizó una gira con la obra “Una de cal, una de arena”, en la que interpretaba un personaje del sketch “El amigo” de Eugenio Griffero.
Por estos días, Pepe que realiza algunas refacciones en su casa, encontró fotos de aquella época y muestra una que para él es invaluable y en la que se lo ve sobre el escenario junto a Brandoni.

La Nona
Las experiencias con Miguel Bebán, Luis Brandoni y Virginia Lago, le permitieron a Pepe descubrir su vocación por el teatro, los secretos entre bambalinas, la pasión por la lectura y el trabajo.
También fue imprescindible en su carrera su participación en la que fuera tal vez la obra teatral más convocante realizada hasta el momento en nuestra ciudad: “La Nona”, de Roberto Cossa.
Ana María Rodríguez Bambill lo convocó para integrar el elenco, pero cuando aquella emblemática directora necochense comenzó a repartir los papeles, Pepe pensó que lo habían llamado por error.
“Repartió todos los papeles masculinos y yo me pregunté para qué me había llamado”, explicó Pepe. Fue entonces cuando la directora le dijo que quería que hiciera de la Nona. Y le dio una indicación que en ese momento le pareció totalmente descabellada: “Me pidió que mirara las arañas”.
Aquella interpretación, inolvidable para Pepe, le permitió descubrir el tipo de teatro y de personajes que le gustaba hacer.
Cruz destaca el fantástico trabajo de Ana María Rodríguez Bambill, que impactaba al público y hacía que entre los mismos actores se filtrara la realidad de la obra. “Llegó un momento que nadie me hablaba. Podía sentir el odio de los otros”, dijo Pepe cuyo personaje de la Nona se caracterizaba precisamente por provocar ese sentimiento.
“Recuerdo que el público gritaba: ¡Maten a esa vieja de mierda!”

Siempre en escena
Pepe Cruz es la actualidad uno de los pocos integrantes de aquel grupo de actores maravillosos, surgidos en los seminarios de teatro a principios de los 70, que aún continúa en actividad.
A pesar de las dificultades que entraña realizar teatro en Necochea, Pepe sigue adelante. Así en los últimos años realizó varios talleres y formó grupos que le permitieron llevar a escena obras como “Cien veces no debo” o “Tratala con cariño”.
Aunque continúa trabajando en la docencia como profesor de música y de teatro, sigue corriendo detrás del maravilloso sueño de actuar.

(Publicado en el suplemento Finde de Ecos Diarios)

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