El 4 de septiembre de 1883, casi dos años después de la fundación de la ciudad, los fieles católicos vivieron una fiesta. Ese día, saludado con salvas de cañones, se inauguró la Iglesia Santa María del Carmen.
Hubo una procesión por las calles de la joven población y el sacerdote y capellán Manuel Rodríguez Alvarez estuvo a cargo de la ceremonia religiosa, bendijo el templo y rogó el amparo de la virgen.
El miércoles próximo se cumplirán 130 años de la fundación del templo parroquial y el paso del tiempo tal vez ha desdibujado el significado que tuvo para los necochenses la construcción de la iglesia a fines del Siglo XIX.
En octubre de 1881, en el acta de fundacional de la ciudad, los vecinos fundadores declaran patrona de Necochea a la Virgen Santa María del Carmen.




Sin guía espiritual
A principios de 1883 Angel I. Murga solicitó al Obispo de la Ciudad de Buenos Aires, la designación de un sacerdote para nuestra ciudad.
“El pueblo de Necochea, cuya creciente y rápida prosperidad lo hará figurar dentro de breve tiempo en primera línea, cuenta hoy, dentro de su radio más de trescientas casas de material, ocupadas por más de mil personas que carecen de toda asistencia religiosa, porque el curato más próximo, el de Juárez, dista treinta y cinco leguas”, escribió Murga.
En su carta, el fundador señalaba que las vecinas localidades de Lobería y Tres Arroyos tampoco tenían cura. “El habitante de nuestra campaña, aunque ignorante, es eminentemente religioso y las prácticas del culto católico que él profesa, contribuyen poderosamente a neutralizar la influencia perniciosa de sus propias pasiones y del medio en que desarrolla su actividad”, agregaba Murga.
Pero el pedido no tuvo respuesta inmediata, ya que la pobre población no contaba con un lugar adecuado para el asentamiento de un sacerdote.
Sin embargo, esto no desanimó a los fieles, que insistieron con el pedido y finalmente lograron su propósito.
En junio de 1883 fue designado al Partido de Necochea el capellán Manuel Rodríguez Alvarez,
El sacerdote español llegó a Necochea el 1 de junio y al día siguiente se produjo el primer sepelio cristiano en estas tierras.
Según la crónica, un niño de 12 años llamado José Azúa había fallecido de un “pasmo”, un diagnóstico ambiguo, típico de una época donde tampoco había médicos.
El día 24 de ese mismo mes, el sacerdote realizó el primer acto bautismal. El niño bautizado fue Pascual Panio, hijo de Francisco Paño y Carolina Pángaro.
La primera boda fue la de Carmen Barreiro con José Ruiz Suárez.


La primera iglesia
En 1881 se le había encomendado al agrimensor José María Muñiz realizar la mensura del lote donde se iba a construir la iglesia. Con la contribución de los vecinos se fue levantando el templo frente a la plaza.
El edificio, de ladrillo y cal en el comienzo, pero sin revoque, estaba situado atrás del actual templo. Contaba con sacristía y bautisterio y una precaria casa donde habitaba el párroco.
Con el tiempo, merced a donaciones de los fieles y a través de suscripciones se fue poblando la nave de ornamentos sagrados y bancos. También de aquellos elementos indispensables para la liturgia.
Monseñor José de Luis, quien fue párroco de la Iglesia Santa María del Carmen desde 1961, recuperó las placas de mármol con los nombres de las personas que colaboraron en la construcción del templo y las colocó en el acceso de la parroquia.
Gracias a él podemos conocer hoy algunos de los nombres de aquellos fieles que aportaron a la construcción del templo.
Puede observarse una que cita los nombres de Pascual Quercia, Josefa V. de Rivero, Elvira Ezcurra y Carmen Christophersen.
Otra indica: “Iglesia de N. S. del Carmen, inaugurada el 4 de septiembre de 1883, siendo juez de Paz y titular de la Municipalidad Don Angel Ignacio Murga, D. Victoria de la Canal, D. Samuel Rosetti, D. Segundo Murga y D. Juan Leiva. Capellán: Manuel Alvarez”.

El nuevo templo
De acuerdo al libro publicado por la Parroquia con motivo de los cien años de la fundación de la iglesia, en 1983, el templo parroquial “en el principio fue una capilla levantada en una pequeña parcela de tierra, que se reservó en las primeras mensuras dentro de las 256 manzanas que, juntamente con las 235 quintas y 164 chacras, constituían en ese entonces el ejido del pueblo de Necochea”.
De acuerdo a la crónica, “la capilla fue construida a pedido de tantos nuevos vecinos que afluían de la campaña y otros puntos para afincarse en su promisoria ‘xinconada’ del Quequén; y fue unánime el deseo de que se concretara tan noble aspiración”.
Los vecinos donaron los elementos para construir el primer templo. El edificio tenía ocho metros de frente por 25 de fondo.
Poco después se decidió construir un edificio acorde a la importancia que iba adquiriendo la ciudad.
El mentor de aquella obra fue el sacerdote italiano Pascual Quercia, que se había hecho cargo de la parroquia en 1894.
La edificación del nuevo templo comenzó el 6 de julio de 1897, año en que el presbítero Antonio Bernardi tomó posesión de la parroquia.
La señora Margarita V. de Pieres costeó el contrapiso del nuevo templo. También colaboraron en la construcción la Municipalidad, Eduardo Pieres, Alberto Nazarre, doña Baudilla Facio de Vázquez, Amadeo Muñoz, Federico Trelles y Cayetano Domaica. Otros aportaron dinero y otros elementos.
En tanto, el gobierno abonó el flete del nuevo altar mayor desde la Estación Constitución hasta Necochea.
Precisamente el párroco Bernardi inauguró el altar mayor del nuevo templo en 1889 y la primitiva casa parroquia.
Sin embargo, se debió aguardar hasta 1904 para que el sueño impulsado por el cura Quercia se hiciera realidad. En aquel año se inauguró finalmente el nuevo templo. Entonces se encontraba al frente de la iglesia local el sacerdote José R. Pando, quien impulsó la construcción de una nueva casa parroquial.

En la actualidad
El sacerdote José Luis Puñal está en la actualidad al frente de la Parroquia Santa María del Carmen.
En tanto, el padre Manuel Valle se desempeña como vicario y Francisco Ardanaz como sacerdote residente.
Si bien con la creación de otras parroquias en nuestra ciudad, la jurisdicción se ha visto reducida a la zona céntrica, la iglesia céntrica sigue siendo la parroquia de referencia de nuestra ciudad ante la Diócesis de Mar del Plata.
Aunque en 1948 se había elevado la parroquia y la vicaría foránea de Necochea a categoría de primera clase y en la actualidad esa preminencia no es tal, los sacerdotes de las parroquias locales se reúnen todos los jueves en el templo céntrico para compartir experiencias y dialogar sobre los problemas y necesidades de las distintas comunidades de la ciudad.
Puñal señala que su parroquia se prepara para encarar distintas obras de mantenimiento del centenario edificio. “En el interior está muy bien conservado, pero hay que hacer algunas restauraciones en el exterior”, explicó el sacerdote.
Pero precisó que para ello se deben realizar distintos estudios, porque “no se trata simplemente de hacer un hidrolavado”.
La conservación de la fachada es la principal preocupación de la comunidad, que también sueña con algún día remplazar el antiguo reloj, que no funciona, por uno más moderno, tal vez electrónico.
Pese a que la crónica de la parroquia local señala que allá por 1934 el entonces sacerdote Francisco Actis propuso construir un nuevo templo, idea que años más tarde fue desechada por el vicario foráneo Donato Pacella, en la actualidad la iglesia céntrica cuenta con amplias dependencias.
Además del templo, la casa parroquial, salones de catequesis, la secretaría y la santería, la iglesia poseerá próximamente locales en el edificio que se construye en el terreno de la esquina de 60 y 61, que hasta hace poco pertenecía a la parroquia.
A 130 años de la inauguración del primer templo, la parroquia Santa María del Carmen ha llegado a ser lo que los primeros vecinos de la localidad soñaron a fines del Siglo XIX.

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