El Centro de Residentes Chilenos “Los Copihues” se encuentra en una época de transición. En abril pasado cumplió 30 años y en la actualidad una comisión normalizadora trabaja con el objetivo de convocar a una asamblea para designar a la nueva comisión directiva.
A pesar de la situación, los integrantes de la entidad ven con entusiasmo esta nueva etapa y continúan trabajando para lograr el sueño de la sede propia y aspiran a sumar a sus filas a gente joven que le de un nuevo empuje a la institución.
Mario Lucero y Fernando Dasencic Hormaechea, ambos ex presidente del centro, recordaron algunos de los logros de los Copihues desde su fundación y el espíritu que animó a la entidad desde su formación.
“La intención era agrupar a todos los chilenos y mantener vivas nuestras costumbres y tradiciones”, dijo Dasencic Hormaechea, uno de los fundadores de la entidad y presidente del Centro desde su creación hasta 1989.
La mayoría de los fundadores, incluso el propio presidente, eran inmigrantes que habían llegado del vecino país huyendo de la dictadura militar de Pinochet.
Sin embargo, las cuestiones políticas jamás interfirieron en las actividades del centro. La elección del nombre del centro fue consecuencia de esta posición. Si bien la mayoría de las agrupaciones creadas en otras ciudades llevaban nombres de próceres o de militantes, ellos decidieron imponerle el nombre de la flor nacional de su país.
“Buscamos un nombre para no encasillarnos en la política. Cada uno de nosotros tiene su forma de pensar, pero una de las cosas que ha logrado mantener vivo al centro durante tanto tiempo es que nunca se ha llevado a la entidad la contingencia política ni de Chile ni de la Argentina”, dijo Dasencic Hormaechea.
Esto le permitió a la entidad mantener buenas relaciones con todos los gobiernos municipales y provinciales.
Durante la gestión de Domingo Taraborelli, por ejemplo, los chilenos impulsaron la construcción del primer programa de autoconstrucción que se llevó a cabo en nuestra ciudad.
Se construyeron en 67 y 86 diez viviendas mediante este sistema, en el que cada uno de los propietarios trabajaba en la construcción de las casas, que luego se sortean entre los participantes.

Participación
“Hace ocho años atrás hicimos un censo y había 2.600 chilenos en Necochea. Hay muchos más, pero muchos se negaron a ser censados y tampoco se incluyeron a los que residen en la zona”, explicó Mario Lucero, que fue presidente del centro desde 1989 por varios períodos.
Sin embargo, son muy pocos los que participan activamente en la entidad. “Esto es lo que le pasa a todas las entidades. Hay una crisis muy grande de participación, no solo en los centros de residentes, en todas las entidades, hasta en los partidos políticos”, dijo Dasencic Hormaechea. “Hoy en los partidos políticos participa una ínfima minoría de la población. La mayoría no pertenece a ningún partido u organizaciones. La gente se siente representada, pero no participa. Ese es un problema”.
En ese sentido, Dasencic Hormaechea dijo que el centro debe realizar una autocrítica, ya que no ha logrado interesar a los jóvenes.
Por eso los dirigentes esperan que la nueva comisión logre convocar a la juventud. En la actualidad una comisión normalizadora integrada por Elizabeth Novoa, Silvia Montecinos, Orlando Manriquez y Manuel Martínez trabajan para convocar a la asamblea de la cual surja la nueva comisión.

Entidad viva
Dasencic Hormaechea destacó el trabajo realizado por Claudio Díaz, hasta hace poco presidente del Centro, que debió renunciar por cuestiones personales, y también la labor de la actual comisión normalizadora. “No hay que dejar de reconocer el trabajo que hizo Claudio, también Mario y tanta gente anónima”, precisó.
Gracias al impulso desinteresado de los chilenos residentes en Necochea se pudo comenzar a levantar la sede propia en calle 82 entre 67 y 69. Todo lo logrado se hizo “a pulmón”. También se construyó el monumento “Chile, país de poetas” en calle 56 y 57.
Los Copihues también fueron los fundadores de la Coordinadora de la Fiesta de las Colectividades, junto a españoles, franceses y italianos.
“El proyecto (de la sede) es bastante ambicioso y cuesta mucho”, señalaron Dasencic Hormaechea y Lucero.
“Lo que pretendemos es que nuestra sede sirva a toda la comunidad. Sería muy egoísta de nuestra parte que esto fuera solo para los chilenos”, afirmaron. “Queremos que sea una sede viva. No solamente para que los chilenos se reúnan una vez a la semana o una vez por mes”.

Quieren votarEn el acto realizado días atrás por el Día de la Independencia de Chile, Fernando Dasencic Hormaechea, fundador junto a otros chilenos del Centro de Residentes “Los Copihues”, señaló lo que los inmigrantes de ese país consideran una falencia de la política exterior de su nación.
“Chile es uno de los pocos países cuyos residentes en el exterior no tienen derecho a voto. Y eso nos parece una discriminación muy grande, porque el hecho de migrar no tiene por qué determinar la perdida de la ciudadanía”, dijo Dasencic Hormaechea. “Votar es una forma de ejercer la ciudadanía. Si no podemos votar se nos está cercenado la ciudadanía”.
En la Argentina residen la mitad de los 800.000 chilenos que migraron hacia otros países. Si bien el gobierno chileno aceptó un proyecto de los presentados por los residentes en el exterior, impuso algunas limitaciones para que solo puedan votar los que viajan periódicamente al país.
Dasencic Hormaechea aseguró que la mayoría de los 400.000 residentes en la Argentina nunca ha regresado a Chile, por lo que serán muy pocos los que podrán votar de acuerdo a este proyecto.

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