La historieta "Aloha", de la uruguaya Maco, es un relato circular y onírico de una chica que busca a su mascota por dimensiones extrañas, una narración poco convencional que puede ser leída de esa manera, saltándose cuadros, zigzagueando entre ellos o empezando por el final.
A lo largo de las 62 páginas coeditadas por Loco Rabia y Belerofonte, una joven de pelo corto y remera rayada busca al ratón Máximo en un paseo que la lleva del fondo del mar al interior de troncos gigantes y cuevas oscuras, ciudades del futuro, mansiones embrujadas o casitas de barrio que caen como cartones.
María Concepción Algorta Figari (Montevideo, 1987) armó "Aloha" partiendo del material del blog www.divididomaco.blogspot.com que creó en 2009, y entonces el lirismo de las aventuras barriales de "Paseo" se mezcla con situaciones nuevas y Máximo, la mascota de "Radio-cómic" que siempre aparece desde la derecha de la viñeta -"que es el futuro", explica su autora- para plantar alguna máxima y retirarse por donde vino.
Esta "historieta experimental", así la define su autora, se desarrolla en cuadritos blanco y negro que soportan varias secuencias en simultáneo y permiten al lector armar sus propios pasajes.
"Cuando empecé a dibujar ese personaje en el blog, (la chica) era yo -señala-, sólo que tenía el pelo más largo, pero nació de historias autobiográficas y quedó así en las ficciones".
Maco cuenta que dibuja en silencio y debajo de una ventana con mucha luz, "si no, me distraigo mucho, y a veces me olvido lo que voy a dibujar".
`Tele` no mira, pero en 2011 vio la serie "Lost” por Internet y cree que "capaz eso puede haber influido para manejar un poco los `flash forward` (destellos del futuro), mucho `flash back` (destellos del pasado), y viajes en el tiempo".
"Me gusta dibujar sin pensar mucho el por qué, porque me gusta disfrutar de las cosas sin entenderlas, y en "Aloha" se nota una circularidad en la historia de principio a fin”, dice.
No se trata de buscar distintas lecturas, asegura: "Cuando dejo mbigüedad para ver qué cuadrito va después es un juego, elegís uno, los dos, o lo que quieras".
"No es como `Elije tu propia aventura` -aclara-, porque la página de atrás será la siguiente siempre, pero a veces los ojos ven cuatro cuadros, otras dos... decidí que fuera así porque me gusta la libertad, sin buscarle significados".
Aunque estudió cinco años arquitectura (se nota en los cortes de algunos edificios que aparecen en el libro -"te puedo asegurar que eso no se cae", aclara-), ahora estudia Bellas Artes en Montevideo pero es más bien autodidacta.
"Cada libro para mí es un estudio. A Christ Ware (dibujante estadounidense) siempre lo nombro como influencia por lo que hace con las viñetas, un juego muchísimo más salado que el mío, lo suyo son viajes de sueños, me encanta esa experimentación".
Lo que no le gusta es el término novela para su primer libro: "Lo que yo entiendo por novela gráfica tiene que tener más fuerza en el guión y a este libro no le puse ningún texto", explica.
"A mí me gusta que el peso del libro se vea en cada página por separado, como en unidades -acota-. Así lo planteé cuando lo hice, desarrollaba de principio a fin cada página en blanco, así que no sé de qué género es. En realidad es una historieta experimental. No sé si hay necesidad de encasillarlo o ponerle título".
Sus historietas "tienen una especie de perfil bajo -asegura-, una cosa de suavidad, tranquilidad. Mis cómics son `tranquis`, no tienen muchas pretensiones y ese clima debe ser el que da sensación de silencio o de pocas palabras, porque en algunos lugares mis personajes no paran de hablar".
Cuando armó "Aloha" se sentaba frente a la hoja sabiendo qué era lo que iba a pasar ahí, el hilo conductor era cada frase con la que definía qué hacía su personaje en cada página: "`Encuentra a Máximo`, `sube a una cueva`...", grafica.
"Tenía la idea y la tiraba en tinta -repasa-; ni siquiera dibujé miniaturas, algunas imágenes son viejas, cosas del blog, y otras son de ahora, pero el libro lo hice de corrido. Junto con la idea encontraba la forma de dibujarla".
Este relato, resume, "son distintos estados de ánimo, la libertad con que lo armé me dio más libertad para poner cosas tiernas y otras más ácidas, y cuando trabé el guión, lo hice sin ninguna limitante".
"Quise mantener las cosas que gustaban pila, como el espíritu del blog, y traté de trabajar lo más libre que pude para divertirme y que quedara eso, el disfrute del viaje", concluye. (Por Dolores Pruneda Paz, Télam)

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