La Asociación de Bomberos Retirados es una entidad formada hace poco más de dos años y medio por un grupo de hombres y mujeres que pertenecieron a la fuerza y que conocen las necesidades del cuartel local y los destacamentos de Quequén y Juan N. Fernández.
En ese corto periodo el aporte de la asociación ha sido fundamental para que los bomberos locales.
Fue a partir de las campañas de recaudación de fondos iniciadas por la entidad que se pudieron reparar los motores de una camioneta Toyota, una Chevrolet Luv y un camión Mercedes Benz 1620, todos pertenecientes a la flota de vehículos del cuartel.
Además los fondos obtenidos por la asociación permitieron realizar tareas de refacción esenciales en el edificio de la avenida 42.
Se hicieron trabajos de pintura y arreglo del cielorraso de la compañía y cocina, además de adquirir colchones para el personal.

Malas experiencias
La Asociación de Bomberos Retirados se formó hace poco más de dos años. Las cooperadoras vinculadas a los bomberos de nuestra ciudad siempre existieron.
Sin embargo, “debido a las malas experiencias anteriores, tratamos que esta vez solamente estuviera integrada por bomberos”, explicaron Héctor Tapia y Mario Ezcurdia, presidente y vicepresidente de la entidad, respectivamente.
Entre otros, integran la comisión directiva del grupo Mirta René, Roberto Sabastiani, Jorge Landi y el director de Defensa Civil, Domingo Llorens.
Debido a ser bomberos en inactividad, conocen la realidad del cuartel y de los efectivos. Eso les permite saber cuáles son las necesidades operativas y también de la vida diaria dentro del cuartel.
“Los bomberos no sólo salen a apagar incendios. También tienen que comer y viven en el cuartel”, explicó Tapia.
La asociación consigue los elementos y son los propios bomberos quienes se dedican a realizar los trabajos. Fueron ellos quienes pintaron las cuadras y también arreglaron el cielorraso de la cocina.
También fueron los mismos bomberos quienes realizaron las reparaciones mecánicas necesarias en los vehículos.
“Cuando ingresamos a la fuerza nos inculcaron esa mentalidad de querer y cuidar el cuartel”, explicó Ezcurdia.
Por ello son los mismos bomberos quienes se encargan de mantener los vehículos de la dotación en óptimas condiciones.
Pero fue la Asociación quien consiguió los recursos para reparar la tapa de cilindro de la autobomba 1114 y la reparación de las bombas inyectoras de dos autobombas y del hidroelevador.
Mediante los recursos obtenidos por la entidad también se pudo reparar las bombas de expulsión de agua de dos autobombas.
Además de compraron seis cubiertas para las autobombas y cuatro para los vehículos livianos.
Se realizó la reparación de los inyectores y de la bomba de alta presión de una de las camionetas de la dotación.

El apoyo de la comunidad
La mayor parte de los recursos para llevar adelante estas actividades las obtiene la Asociación de Bomberos Retirados mediante una campaña de recaudación de fondos que incluye un bono contribución y una rifa que otorga importantes premios.
En la campaña pasada se sorteó un automóvil y a fin de año se entregará un cuatriciclo. Además, todos los meses se premia a los participantes con órdenes de compra.
Pero así como la comunidad participa mediante la compra de bonos, otra gran parte del esfuerzo la realizan los comerciantes locales, que colaboran con la Asociación de Bomberos flexibilizando los pagos.
Los miembros de la asociación destacan ese apoyo incondicional de la comunidad y también de los mismos bomberos.
De la misma manera que estas campañas se realizan en nuestra ciudad, también se replican en Quequén y en Juan N. Fernández, donde también la asociación trabaja para apoyar el funcionamiento de los destacamentos de ambas localidades.
Ahora en nuestra ciudad se trabaja para terminar de armar una autobomba de respuesta rápida.
En los últimos meses la entidad logró los fondos para comprar un tanque de 3.500 litros y el cardan del camión Mercedes Benz 710 que será utilizado para tales fines.
“Queremos ponerla en funcionamiento antes del verano”, explicó Tapia. Como bomberos saben que la movilidad es imprescindible para el buen desarrollo de las tareas del cuartel.


Una historia de compromiso
El 3 de junio de 1944 se inauguró oficialmente el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Necochea.
Algún tiempo más tarde, el interventor de la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires, general Sanguinetti, dictó un decreto oficializando el cuerpo, el 11 de abril de 1946.
La primera sede funcionó en las instalaciones del Corralón Municipal. Luego fue trasladada a calle 55 entre 60 y 62. El 20 de abril de 1951 se colocó la piedra fundamental en los terrenos donde se encuentra actualmente el cuartel, en avenida 42 Nº 2850.
El 12 de marzo de 1962 se inauguró esta sede, desempeñándose como jefe el comisario Abel Graciano y presidente de Comisión Cooperadora, Juan Rossi.

Deja tu comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente


Lee gratis mis libros 👉en Kindle Unlimited