Siempre he admirado a China. Me parece un país fascinante, a cuya cultura el mundo le debe grandes avances tecnológicos y un arte tan sutil como eterno. Pero, lamentablemente, China se encuentra bajo una dictadura tan retrógrada como ignorante y explotadora.
Digo esto por la reciente afirmación del gobierno chino sobre que "Google distribuye información pornográfica y vulgar". Cualquiera sabe que Google no produce contenido, excepto material institucional dedicado a informar sobre sus proyectos de software o material de ayuda y difusión sobre sus aplicaciones.
Esta afirmación del gobierno chino puede entenderse como el reflejo de un enorme desconocimiento de lo que Google es o como una gran mentira que tiene como único objetivo impedir el acceso a la información a su pueblo.
Limitar el acceso a Google es impedir el acceso a una ilimitada fuente de información. Lamentablemente, en un país comunista no es extraño que los derechos individuales no existan.
Si bien este tipo de medidas se toman con el supuesto de impedir a los ciudadanos el acceso a la pornografía y por ende, a preservar las buenas costumbres y las moral, ¿de qué moral puede hablar cualquier gobierno que limita el libre albedrío de sus ciudadanos?

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