La lucha de la Asociación Civil Padres Preventores es quijotesca. Los molinos de vientos contra los que lucha la entidad parecen invencibles: la droga, la violencia, la marginalidad… Sin embargo, desde el 15 de junio de 2003 la asociación no se ha detenido jamás y ha seguido creciendo poco a poco, contra todos los pronósticos.
Días atrás la murga de la entidad, que integran chicos, participó del desfile inaugural del Festival Infantil. Ese pequeño grupo es tal vez lo más visible de asociación para gran parte de la comunidad necochense.
Es que a pesar de que la entidad lucha por los chicos y los jóvenes desde hace casi una década, para la mayor de la ciudad Padres Preventores es una entidad que pertenece al barrio General San Martín y muchos podrían considerar que sus actividades no influyen en el resto de la comunidad.
Pero el silencioso y esforzado trabajo de la asociación por sacar de la calle a los chicos en situación de riesgo, viene a llenar un gran vacío que ha dejado el Estado, que no parece contar con políticas para contener a esos niños y adolescentes.
“Estamos muy preocupados por el tema de la droga”, dijo Mónica Berríos, fundadora y presidente de la asociación civil.
En la sede de la institución, en calle 78 al 4400, funciona un centro de día en el que se intenta dar contención a los chicos del barrio.
Allí también se realizan distintas actividades sociales y culturales a fin de sacar a los niños de situaciones de riesgo en hogares donde las adicciones y la violencia son una amenaza permanente.
En la Asociación se ofrecen talleres de música y artesanías, se brinda apoyo escolar y se contiene a personas que llegan con graves problemas de salud o que buscan orientación sobre el tema de adicciones. También se realiza un curso de autoayuda.

Preocupación
Mónica Berrios señala que desde la fundación de la Asociación han fallecido más de 30 jóvenes por problemas vinculados con las adicciones a las drogas o al alcohol.
Por eso su preocupación por la situación de los chicos del barrio crece día a día y sigue trabajando sin pedir nada a cambio.
“Tenemos la satisfacción de que a cada persona que ha ido a pedir ayuda, ya sea desde lo económico o lo emocional, hemos podido ayudarla”, manifestó Berrios.
El año pasado fue agotador y también brindó grandes satisfacciones a quienes trabajan en la entidad.
Además de las actividades que se desarrollaron en el Centro de Día y el entusiasta trabajo de la murga, en 2012 también realizó con éxito un taller de maderas y uno de música.
Además, la asociación colaboró con el Hospital Municipal “Dr. Emilio Ferreyra”. En la entidad se realizaron los murales que hoy se pueden ver en las paredes del hall de la Sala de Pediatría.
El año pasado también se realizó un intenso trabajo solidario con el objetivo de recolectar libros infantiles y juegos didácticos. Las actividades se enmarcaron en el proyecto denominado “La llave que abre la puerta secreta para ir a jugar”, a partir del cual se les enseñó a los más pequeños a valorar la función del hospital e impulsar la necesidad de colaborar.
Berríos explicó que para llevar adelante estas actividades en la Asociación, se contó con la colaboración de la profesora de música Silvana Gervasi, la de plástica Melisa Macleod, Gustavo Wilson, Santiago Betanzo, Daniela Salto y Mariel Amezcua.
La presidenta también destacó la colaboración de la comunidad, ya que desde hace unos años la Asociación cuenta con socios protectores que le permiten hacer frente a los gastos que origina este incesante trabajo solidario.
Con las colaboraciones de la comunidad y a un enorme esfuerzo, la entidad logró en estos últimos años dar contención a muchísimos niños y jóvenes en situación de riesgo y a varios se los ayuda con problemas de salud muy graves, como escoliosis congénita grave, problemas cardíacos, glaucoma genético, ceguera y fibrosis quística.
En 2013 la entidad apuesta poder seguir creciendo y para ello necesita terminar el salón de usos múltiples de su sede. “La casita ya nos queda muy chica”, explicó Berríos.
Es que una gran cantidad de personas pasan a diario por la entidad. Los chicos que concurren al Centro de Día, los adolescentes y adultos que van a los talleres de artesanías, plástica y música y las personas que se acercan a pedir ayuda y orientación.
La casa de la entidad mantiene sus puertas abiertas de lunes a sábados, la mayor parte del día.
“Trabajamos en la prevención”, afirmó Berríos, quien señala que a pesar de la situación sigue “esperanzada en que esto va a cambiar”.

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