En medio del escándalo de las coimas, por simple decencia y pudor, los kirchneristas deberÃan llamarse a silencio, callarse la boca, mandarse solos al rincón a mirar la pared.
Pero por otro lado, que se arme una polémica por una analogÃa incoherente sobre un flan, que festejó hasta el propio Presidente, no sólo es penoso, muestra lo rastrera, simplista y farandulera que se ha vuelto la polÃtica argentina.
Señores polÃticos, dejen un poquito el Twitter, el Facebook, la televisión basura y póngase a trabajar para solucionar los problemas del presente y a pensar y planificar el futuro...
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